Belgrado. La ciudad blanca es, desde siempre, un refugio amable para los españoles. Nuestra forma de ser, de vivir, nuestro idioma, resultan intrínsecamente próximos al alma serbia, a su cultura y sus costumbres. Ven nuestras series, nuestras películas. Escuchan nuestra música. Aprenden nuestro idioma con rapidez. No se pierden uno de nuestros partidos de fútbol, y tanto primera como segunda división se pasan en abierto. Somos, en definitiva, ese primo que vive lejos, pero con el que te une un lazo inexplicable. Pero llega el día en que Belgrado se convierte en las Termopilas. Es el dia de las finales Djokovic - Nadal.