Otro año que se acaba y, una vez más, he visto el rugby de otra forma. He visto el rugby, y la vida, como una carrera de caballos. Después de un tiempo volví a experimentar esa tensión, esa mezcla de nervios y excitación en los momentos previos. La puerta cerrada, bajo tus pies una criatura que te llevará de cero a cien. Sentí las crines del caballo entre mis dedos, respiré fuerte y tensé los músculos. Y esa inyección de adrenalina, esas décimas de segundo en que se desata la tormenta ¡Allá vamos!
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October 2015
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