Los que hayan jugado al rugby en esta posición, en cualquiera de sus niveles, sabrán a lo que me refiero con la expresión “carga de trabajo”. El Flanker es, sin ninguna duda, el jugador con más trabajo y quehaceres en el campo: Cargar, placar, percutir, romper la línea, apuntalar el saque de lateral, segundas cortinas, provocar turnovers… La lista es interminable. De un buen Flanker se espera que corra como los tres cuartos, y que plaque como buen delantero; Que tenga manejo de balón y que sepa bucear en los rucks. Es, el “chico para todo”. ¿Y por qué hacemos distinción entre 6 y 7? ¿No son, en teoría, lo mismo?
No, en principio no. El ex-All Black Zinzan Brooke nos lo aclara. “El número seis (blindside flanker) es principalmente un jugador defensivo, que se emplea a fondo en los rucks, y se ocupa de marcar las salidas de 8 y 9. Ha de ser alguien al que le guste el enfrentamiento físico y el cara a cara, y tiene que ser el más sólido de toda la tercera línea”. Por su parte, para Brooke, el número 7 (openside flanker) “es el auténtico bulldozer. Las líneas defensivas son tan ajustadas en el rugby moderno, que se necesita un jugador que dé continuidad a todas las fases del juego. Siempre rodeando a los centros, en su hombro, dispuesto a recoger el pase. Los 7 modernos, también han desarrollado la habilidad de placar al balón, de convertir cada placaje en una oportunidad de robo. No se trata siempre de poner el placaje de libro, sino, en ocasiones, ceder unos metros y envolver al contrario, provocar el retenido”.
En un par de frases Brooke ha descrito las numerosas tareas del Flanker moderno: Perforar las líneas defensivas del contrario y apuntalar las propias, provocar golpes de castigo a nuestro favor e intentar robar los balones en la abierta, proporcionar apoyo y poderío a los tres cuartos y dar continuidad al juego ofensivo mientras que a su vez se intentará interrumpir o decelerar la continuidad del rival.
Y no se puede terminar esta pieza sin nombrar algunos de los nombres que han dejado huella en estos últimos años, como Lewis Moody, Rocky Elsom, Thierry Dusatoir, Heinrich Brussow, Collins o el polémico Burger. Con su capacidad de trabajo y sacrificio, y su disposición para “hacer el trabajo sucio”, estos nombres han contribuido a que cada vez más en el rugby moderno el Flanker sea una posición absolutamente esencial, a que cada vez se exija más y más al poseedor del 6 y el 7, y sobre todo, a que la pasión nunca abandone este deporte.