Richie dio todos los pasos, desde la sub-17 escocesa hasta la sub-20 que capitaneó en su segundo año. Los ojeadores ya veían en aquel 'gigantón' un jugador con una increíble capacidad de placaje, además de muy buen manejo de balón. Sin embargo, al joven Gray le costaba asimilar las exigencias tácticas y estratégicas del juego, si bien es cierto que los entrenadores entendieron que su pasión y su agresividad eran más importantes en esos primeros pasos, que el resto llegaría con el tiempo.
Con sus Glasgow Warriors, Richie Gray debutó con 19 años. Glasgow, esa ciudad industrial, donde el 'glamour' simplemente no existe. Los Warriors, ese equipo donde el anaranjado Gavin Henson o el polémico Cipriani no tendrían sitio. En los Warriors sólo hay una filosofía, la del trabajo duro, puro oficio y adelante. Allí, los atributos y los valores de Gray se moldearon a la perfección. Ese mismo año debutó con Escocia contra Tonga y comenzó una dura planificación junto con entrenadores y preparadores, para poder aprovechar sus ya casi dos metros diez y sus 120 kilos. El objetivo: aumentar fuerza sin perder agilidad y velocidad. De conseguirlo, le convertiría en un jugador con capacidades únicas, una pieza clave para cualquier equipo.
También hubo tiempo para las decepciones, esas que acaban forjando carácter. Tras volver de una histórica victoria en Croke Park en el año 2009, Richie 'Too Tall' Gray se quedó fuera del banquillo para el final de temporada de la Magners. "Estaba tan contento con lo que había vivido con Escocia, que bajé mi rendimiento con los Warriors". Duro golpe para Gray que vería como Glasgow avanzaba hasta las semifinales de esa Magners League sin su concurso.
Su meteórico ascenso culminó estos dos últimos años, primero en Glasgow, donde se convirtió en pieza absolutamente clave para su equipo, tanto dentro del campo como fuera, donde su carácter amable, humilde y su aspecto de gigante con melena rubia le convirtieron en una perfecta arma de 'marketing', en un símbolo comercial. Valga como prueba de esto último las miles de máscaras de Richie que los aficionados llevaban en los partidos en casa del año pasado. Valga como prueba de lo primero el increíble sacrificio y talento de Gray y la consecución de ese objetivo que le convertía en único. Ese sacrificio que convirtió a un gigante de dos metros diez en el delantero más rápido, según las pruebas físicas, de todo el equipo.
La fama del 'Guerrero Gigante' se consolidó finalmente con Escocia, donde un espectacular Torneo VI Naciones, a principio de este año, le convirtió en el centro de toda la atención mediática. Un promedio altísimo de placajes, metros con el balón en la mano, cargas y 'touches' ganadas hacen que parte del juego de Escocia dependa de sus manos. A estas alturas, todos quieren conocer a Gray. "Mi ídolo es Martin Johnson, pero por aquí prefiero no comentarlo mucho", comentaba divertido Gray en una entrevista.
Y es por todo esto que la noticia de que Richie se va a Sale el año que viene, ha caído como una bomba en Glasgow y en toda Escocia. Hasta el punto que el propio Robinson ha intentado convencerle, amén de un paquete económico que los Warriors prepararon con urgencia. Pero el joven parecía haber tomado la decisión. Los aficionados escoceses se preguntan por qué, por qué cambia su equipo de toda la vida por unos Sharks en los que, probablemente, no tendrá más oportunidades de jugar unas semifinales de la competición liguera o de la Heineken Cup de las que habría tenido en Glasgow. Teniendo en cuenta que tanto Bath, Saracens como al menos tres equipos punteros de Francia pelearon por el joven gigante, la decisión es una incógnita.
Pero el 'Guerrero' se va al Sur, al sur de la Muralla. Y cambia la industrial Glasgow por la industrial Manchester. Y cambia el frío y la lluvia por más frío y más lluvia. Quizás en su interior existe un deseo de probarse de nuevo, de comenzar otra aventura lejos de casa, donde cuestiones como su lugar de nacimiento o su pasado no sean pluses. Al norte de la muralla todo queda igual. Con cinco victorias consecutivas, Glasgow afronta la Heineken Cup con optimismo en lo deportivo -de hecho se impuso en la primera jornada por 26-21 a Bath- pero en el interior de su armadura, los Warriors sufren el golpe moral de la pérdida de su mejor guerrero.
Las heridas cicatrizarán, Gray seguirá su camino y la muralla de Adriano seguirá resistiendo el paso del tiempo.