3 minutos para el final. Australia, una vez más, revive. Lo que sigue a continuación es el testimonio de los protagonistas, la narración de cómo se gestó una complicada pieza de ingeniería que pasaría a los anales de la historia del rugby inglés y del rugby mundial. En estos tres minutos hubo muchos héroes anónimos, que colocaron el balón en el momento justo y en el lugar adecuado, para que Jonny Wilkinson llevara la cruz de San Jorge a lo más alto. El reloj sigue su cuenta atrás…
03:00. Elton Flatley coloca el balón. Quedan tres minutos para el final del partido. Él ha sido uno de los mejores jugadores en los 97 minutos que se han jugado hasta el momento. El marcador, 14-17 para Inglaterra. Su golpe de castigo es decisivo y 82.957 personas contienen la respiración. El australiano golpea el óvalo y por un momento parece que su disparo se marcha a la derecha de los palos, pero no. El destino no le iba a castigar tan duramente. 17-17 y aún queda 1:40 para el final. En el terreno de juego el tiempo no se mide en minutos y segundos, se mide en miradas, en gestos, en pulgadas. Hay tiempo.
01:40. “En el equipo había una cierta sensación de, por así decirlo, rabia” recuerda Matt Dawson, el medio inglés. “Estábamos dejando que Australia se metiera en el partido una vez más, la situación era crítica. Esto es una locura. Y mientras caminábamos de nuevo hacia el centro del campo me giro y hablo con Jonny, discutimos dónde quería golpear el balón. Fui muy claro con él, todo el equipo sabía lo que iba a pasar, pero yo quería tener la absoluta certeza de que ambos sabíamos lo que íbamos a hacer” relata Dawson. Sin embargo, para eso había que ganar de nuevo la posesión del óvalo.
“La clave era” narra Martin Johnson “hacerse otra vez con el control del balón. Teníamos la opción de patear lejos, o patear cerca e intentar cogerlo. Y en Lewis Moody teníamos un jugador capaz de alcanzar esos saques cortos, pero aún así decidimos ir lejos, y le dijimos a Lewis que subiera a presionar lo más rápido posible”. Inglaterra patea, lejos. El balón le cae a George Smith, que avanza unos metros saliendo de su 22, y es placado. George Greagan se la pasa a Mat Rogers que conecta una mala patada fruto de la presión del conjunto inglés. La primera parte del plan es un éxito. Inglaterra tiene la posesión.
01:20 “Bien, hasta ahora todo ha ido de acuerdo con el plan” prosigue Dawson “tenemos la posesión, estamos a 40 yardas de la línea de ensayo, todo depende de nosotros. Hemos practicado esto un millón de veces”. Los comentaristas de la BBC no pueden ocultar sus nervios. Sus voces certifican la tensión del momento. “Esta es la touch mas importante en la historia del rugby inglés” dice el comentarista con la voz entrecortada. “Teníamos acordado lo que íbamos a hacer en la touch” revela Johnson. “lo habíamos hablado con Thompson y con Ben Kay, que era el líder de touch. Habíamos estado sacando atrás todo el partido y decidimos hacer lo mismo”. Inglaterra, sin embargo, había estado mal en la touch durante toda la final, en particular Thompson, que no había sacado recto en todo el encuentro. Era pues, una jugada arriesgada. “Creo que alguien me dijo que Clive Woodward no podía creer lo que íbamos a hacer” dice Thompson “pero creo que los Australianos se sorprendieron al ver que una vez más la lanzábamos atrás, ellos creían que íbamos a asegurar al primer hombre”. Thompson lanza el óvalo a Moody, que palmea rápidamente a Dawson, y éste encuentra a Wilkinson.
1:01 "Todo pasa en milisegundos, como si fuera un flash" explica Dawson "y sin embargo seguro que a la gente en casa le parecía una eternidad. Moody me palmea el balón y me lo deja en bandeja, yo se lo paso a Jonny, no fue un gran pase, simplemente una transmisión, y Jonny se lo pasa a Mike Catt, que viene a toda velocidad, fresco pues acababa de salir hacía poco, y creo que pensaba que se iba a comer el mundo y sin embargo recibe un placaje bestial". ¡BAM! Stephen Larkham, con la cara ensangrentada, realiza un placaje espectacular, frenando a Catt en seco. "Recibí un pase corto de Jonny" recuerda Catt "y me acuerdo perfectamente de que Larkham y Flatley me cazaron totalmente y recibí un golpe tremendo, y mi siguiente pensamiento es desde el fondo del ruck, con el balón en las manos". Y Mike Catt suelta el balón inmediatamente, temeroso de que el árbitro señale una infracción, y el óvalo vuelve a estar disponible.
0:58 "En ese momento pensé que quizás podíamos hacer un par de fases más" recuerda Wilkinson "quizás una patada por encima de la defensa para que alguien la recogiera, pero era demasiado arriesgado y no lo tenía claro". Mientras Jonny piensa todo esto, una de las jugadas claves de la final ocurre, fruto de la inteligencia de Matt Dawson. El astuto medio melé amaga con el pase pero echa a correr, y si bien sabe que la línea de ensayo está lejos y es inalcanzable, su objetivo es ganar todos los metros posibles. "Era tan absolutamente obvio que iba a abrir el balón a Jonny, que tuve un momento de audacia” comenta Dawson. Y así es, hasta el comentarista anuncia que Jonny se está colocando para el drop. "Miré los extremos del ruck, como siempre hacemos todos los medios, y los australianos estaban colocados como en fútbol americano, preparados para cargar contra la patada de Jonny. Creo que había demasiada presión en todo el mundo, y en esa décima de segundo me dije, quizás se traguen un amago. Pero no estaba convencido del todo, y no fue hasta que lo estaba haciendo cuando vi a Matt Cockbain hacer un pequeño movimiento, y en ese momento la decisión era firme".
0:50 ¡DAWSON SE VA, DAWSON SE VA! Exclama el comentarista. El pequeño Matt ha tirado el señuelo, y trata de avanzar el balón lo máximo posible. Intenta un contrapié pero es rápidamente placado por Mat Rogers. "Matt consigue romper la línea, pero a su vez se aleja de los apoyos" explica Martin Johnson "y en ese momento corre el peligro de perder la posesión". La jugada, y el mundial peligran. “Desde ese momento, sólo estaba pensando en el drop” confiesa Wilkinson. "Midiendo las distancias, preparándome, iba corriendo, pero ajeno a la jugada. Confiaba en que reciclaran la bola, mi mente estaba en el drop".
0:47 "Si os fijais, Matt intenta correr un poco en diagonal, para aguantar lo máximo posible de pie" prosigue Johnson "y es crucial para que nos dé tiempo a llegar. Y mientras el balón se recicla, Neil Back está ahí, y ocurre una cosa bizarra, porque el partido parece pararse por completo. Podías sentir la tensión, que había llegado el momento, pero a la vez las dudas, y entonces me di cuenta de que tenía que hacer una fase más, que tenía que cargar una vez más contra la defensa". Neil Back se encuentra en un momento de dudas. Con su medio meleé en el fondo del ruck, y su apertura colocado, debe decidir si él es el encargado de realizar el pase o por el contrario deben jugar otra fase para liberar a su número 9.
0:41 "Ahí es cuando el capitán aparece de la nada, y carga contra la defensa australiana, casi como si fuera un Running Back de futbol americano" comenta emocionado Dawson. "Mientras corría hacia el ruck intenté captar la atención de Back y asentirle con la cabeza, invitándole a que me diera el balón una vez más, y lo gracioso es que lees artículos diciendo que recorrí desde 2 hasta 5 yardas, y en realidad no creo que ganara ni una pulgada" relata el capitán. "Pero eso no era lo importante, no habría pasado nada si se perdían algunas yardas, lo importante era que habíamos liberado a Dawson".
0:39 Martin Johnson se estrella contra la defensa australiana, casi en el mismo lugar donde se encontraba el ruck anterior, y la limpieza es por lo tanto inmediata. "Agarré bien fuerte el balón y decidí hacer un contacto suave. Lo último que necesitaba era ganar otras 5 yardas y quedar aislado, así que al mínimo contacto me fui al suelo con facilidad, para poder controlar cómo presentaba el balón a Dawson" desvela Johnno.
0:35 Quedan treinta y cinco segundos, y el gran momento ha llegado. Todo el plan, que hasta ahora ha salido a la perfección, depende de lo que ocurra en esta fase. La final se gana aquí. "Había llegado el momento" dice Dawson "Todo el mundo lo sabía. Ya no es momento de improvisar, ni de hacer nada más, y simplemente me paré por un momento, y en ese momento la defensa se adelanta un paso, y justo cuando volvían a dar un paso atrás, aproveché para darle el pase a Jonny". Matt Dawson se ha aprovechado de un error de los australianos para ganar unas milésimas valiosísimas. "Retuvo el pase sólo un segundo" dice Jonny "y la defensa australiana comenzó a presionar, para entrar en pánico instantes después temerosos de haber concedido un golpe de castigo, y volvieron a dar un paso atrás con las manos en alto como diciendo, no estamos en fuera de juego, y ahí es cuando me la pasó, y eso me dio, considerándose de un drop, el tiempo necesario para prepararlo, quizás dos segundos, tiempo más que de sobra".
0:32 ¡ES EL MOMENTO! La voz del comentarista de la BBC anuncia a Inglaterra el momento clave. “Fue, literalmente, un momento de pura poesía. Lo había visto cientos de veces, cómo ponía los brazos hacia afuera, cogía el óvalo y ejecutaba todos los movimientos" confiesa Dawson. "Así que verlo haciendo eso, en la final, en los últimos segundos, cuando toda nuestra carrera deportiva dependía de ese golpe, y verlo a cámara lenta…"El balón viaja suavemente unos metros hasta Jonny. Un movimiento mecánico, automatizado. En décimas de segundo las manos conectan con el cuero, lo dejan caer sobre el suelo y la derecha ha conectado. Quedan treinta segundos y la suerte está echada. El balón viaja hacia los palos e Inglaterra viaja hacia la gloria.
0:28 YEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES! La cabina de la BBC estalla. IT’S OVER, HE’S DONE IT! Grita el comentarista. JONNY WILKINSON IS ENGLAND’S HERO YET AGAIN, AND THERE IS NO TIME FOR AUSTRALIA TO COME BACK! El balón ha cruzado los palos e Inglaterra se pone por delante en el marcador, 20-17. "Tuve un momento de dudas" dice Wilkinson. "Sí, el balón iba a cruzar los palos pero todavía quedaban unos segundos". El capitán compartía ese sentimiento: "Mi pensamiento más inmediato fue, vamos a volver y vamos a seguir, porque los australianos han revivido dos veces en este partido y aunque quedaban pocos segundos, en rugby hasta que el balón sale no hay límite de tiempo, y técnicamente se podría seguir jugando dos, tres o cinco minutos, así que era vital capturar el saque de centro".
0:13 De la excitación los comentaristas pasan rápidamente a un estado de nervios. "Coge el balón, coge el balón" suplica la voz en la radio. "Sacaron rápido y lo hicieron bastante bien" relata Johnson "y nadie se acuerda de esto pero estábamos completamente descolocados, y es Trevor Woodman, el pilier, que ha jugado todo el partido, cien minutos, el que tiene el balón descendiendo en picado hacia sus manos. Puedo jurarte que para la mayoría de pilieres del mundo esa sería su peor pesadilla. Y Trevor ni siquiera miró hacia atrás, salto en el aire y la capturo perfectamente". Ni siquiera las cámaras han captado ese momento. Woodman se eleva y captura de nuevo el balón sin fallo. Ahora sólo queda sacarla del campo.
0:03 "Estabamos Dawson, Greenwood y yo" dice Catt "Cuando de repente Greenwood desaparece y me digo, ¿dónde ha ido? Y cuando me doy cuenta está delante de mí, agachado a cuatro patas. Y me dice: ¡Catt, patéalo fuera! Y yo pensando, ¿Por qué demonios no lo hace él? Y voy y la pateo, pero realmente no sabía si todavía quedaban segundos en el reloj, y en ese momento me asalto un terrible pensamiento, pensé que acababa de conceder una touch a los australianos porque todavía quedaba tiempo, pero por suerte, no fue así" concluye Mike Catt.
0:00 Han sido tres largos minutos. Pero como aquí queda demostrado, el tiempo en el Telstra Stadium dejó de medirse en minutos y segundos, y pasó a medirse en decisiones clave, en movimientos imperceptibles, en corazonadas, en decisiones improvisadas y en otras preparadas de antemano. En planes y en ilusiones. El tiempo dejó de ser tiempo y pasó a ser rugby. Y Jonny Wilkinson fue la pieza central, el quinto elemento. God Save Jonny Wilkinson.